El artículo fue publicado originalmente por Common Edge como "10 Lessons Learned by Rereading Jane Jacobs."
La semana pasada estaba en medio del embalaje y me encontré con una copia bien pulcra de Muerte y Vida de las Grandes Ciudades Americanas. No recuerdo cuando leí el libro, pero fue hace más de veinte años (y anterior a mi participación profesional con las ciudades). Como un tributo muy tardío al aniversario de sus 100 años, decidí sumergirme de nuevo en este notable libro. Aquí hay diez extracciones de la madrina de la ciudad Americana.
1. El mítico motivo "ballet de las aceras" es una pequeña parte del libro.
Esa sección, que ocurre desde el principio, es eléctrica. Es como una historia temprana de John Cheever. Pero el resto de Muerte y Vida es un ataque denso y meticulosamente construido sobre las ortodoxias urbanísticas de la época. Hoy se lee como una especie de polémica literaria, fusionada como un manual de urbanismo y economía para las ciudades. No es de extrañar que la cabeza de todos estallara en 1961.
2. Dicho esto: El mundo mágico de Jane de Hudson Street se siente tan distante como Colonial Williamsburg.
Es un mundo perdido. Su famosa casa en 555 Hudson Street se vendió el 2009 al bajo precio de 3,5 millones de dólares.
3. Jacobs era notablemente profética en la gentrificación.
Ella no inventó el termino ni lo usó. Pero si observó (y no sé como, ya que la mayoría de las ciudades estaba en declive en ese entonces) que diversos barrios están siempre en riesgo de convertirse en victimas de su propio éxito, porque los recién llegados invariablemente alteran las características que hacen que el barrio sea atractivo para ellos en primer lugar. Hoy en día esto parece obvio y evidente, pero eso es en gran parte debido a Jane Jacobs.
4. Jacbos ganó la batalla de Ideas, pero las fuerzas de contrapeso, incluido los suburbios, ganaron la guerra sobre el terreno.
El juicio convencional es que Jacobs finalmente prevaleció. ¿Pero realmente lo hizo? Localmente, derrotó a Robert Moses, sin duda, pero Estados Unidos se extendió y surgieron los suburbios durante medio siglo, prácticamente sin obstáculos, y muchas de las ideas de planificación urbana que tan profundamente desacreditó han tenido una resiliencia parecida a Zombie. Jacobs creó una brújula moral duradera. Vergonzosamente, es un manual de buenas prácticas que los constructores se sienten libres de citar y de ignorar cuando les conviene.
5. El estilo de urbanismo de Jacobs (diversidad de usos, escalas, edificios, personas) puede ser imposible de lograr con los modelos de desarrollo actuales.
Los nuevos barrios urbanos---incluso aquellos que al menos intentan adherirse a sus principios---a menudo se sienten fríos y estériles. Ellos simplemente no pueden replicar la intrincada red de relaciones que Jacobs celebró. Estos se desarrollan con el tiempo y en múltiples escalas, incluso pequeñas. Es precisamente estas escalas más pequeñas, de hecho, que dan a nuestros mejores vecindarios el alma; desafortunadamente, cuando hay construcciones nuevas, el modista y la tintorería no son viables económicamente.
6. Todo el mundo, los activistas del barrio y los constructores por igual, seleccionan sus ideas.
Muchas de sus ideas fueron abusadas, como canciones estándar que han sido cubiertas (demasiado a menudo) por artistas inferiores. Es precisamente porque los constructores y activistas que constantemente la evocan deben ocasionalmente volver a leerla.
7. Mientras que las lecciones del libro son realmente atemporales, los ejemplos que ella usa para ilustrarlos ahora son históricos.
A decir verdad, los ejemplos--si eres un neoyorquino nativo de cierta edad--bordean lo nostálgico. (El carnicero Italiano. El teatro experimental. La tienda de dulces!) Hace que la lectura del libro en 2016 sea fascinante y un poco triste.
8. Ella esta increíblemente acertada en los efectos de los autos en la ciudad.
Su remedio--que ella llamó "desgaste de automóviles" (haciendo más difícil para los vehículos operar en la ciudad, en lugar de prohibirlos)--antecesor del trabajo de Jan Gehl y ideas como la congestión de precios por varias décadas.
9. A pesar de lo que los vecinos opositores quisieran creer, Jacobs no era contraria a los grandes edificios.
Estaba en contra de los edificios grandes, independientes y de un solo uso. Grandes edificios, rodeados por otras estructuras de diferentes tamaños, escalas y usos, estaban perfectamente bien (incluso los temidos campos de deporte).
10. Aunque es un juego de salón divertido para los geeks urbanos, nadie sabía en realidad que proyectos Jane Jacobs aprobaría.
Pero aquí esta una apuesta segura para lo que ella seguramente habría opuesto: cualquier cosa que implicara el uso de un dominio eminente.
Martin C. Pedersen es director ejecutivo de Common Edge Collaborative. Escritor, editor y crítico, trabajó como editor ejecutivo en la revista Metropolis durante casi quince años.